El aire en el planeta es idóneo para ser respirado por los seres vivos que lo habitan, tambien es fundamental para las plantas ya que resulta un vehículo adecuado para la transformación de oxígeno a CO2 y viceversa. Es un elemento sagrado que habita nuestro interior y nos ayuda a interactuar con el exterior.
Es fácil de contaminar, solo hace falta usar un vehículo que funcione con hidrocarburos para que los remanentes del combustible sean liberados al aire que respiramos. Por otro lado, ¿El humo de copal también contamina? el copal resulta ser de vital importancia a la hora de rezar, tanto que en algunas iglesias también se utiliza, aunque en mi muy particular punto de vista no se le da el lugar que el copal merece. Si cada cosa en el planeta posee un espíritu entonces el copal es el sacerdote que purifica y consagra los lugares donde se hace presente ya sea en una misa, una limpia o una sesión de terapia alternativa mezclando su pureza con el aire que lo rodea. De esta forma podemos entender que así como podemos menospreciar tambien podemos enaltecer el aire.
En los momentos de meditación, cuando decidimos darnos un espacio para volver a nosotros, para relajarnos y darle paz a nuestra mente, la respiración se vuelve el centro de atención, sin pensamientos, sin juicios, sin interrupciones. Recordemos que respirar es incluso una acción que el cuerpo humano ha aprendido a hacer aún cuando no tengamos conciencia de ello. Se respira para sobrevivir. También bebemos agua y comemos, pero la respiración es algo que comenzamos a hacer tan pronto salimos del vientre de la madre hasta que morimos.
Existen tantas formas de respirar, todas en función de lo que deseemos hacer con nuestra voz, nuestros pulmones o con el aire que ingresa a nosotros. Desde cantar, gritar, bostezar, reir, besar, en fin. Hoy solo te hablaré de dos formas que disfruto mucho y que a mi parecer honran de forma correcta al elemento aire. La primera es una respiración profunda, con intervalos de 3 a 5 segundos entre inhalación, reposo, exhalación y reposo. Aprendí a hacerla para relajarme antes de meditar, después comencé a hacerla en el transporte público y ahora, como si mi vida dependiera de ello, busco hacerla la mayor parte del día. Es un ejercicio que me mantiene enfocado en el presente, te lo recomiendo ampliamente.
La otra forma es la que se utiliza para hacer sonar el atecocolli; un caracol marino que está presente en rituales, ceremonias y altares prehispánicos para representar al elemento aire por su sonido o al agua por su origen. Algunos difieren sobre el elemento que representa pero es importante reconocer la tradición y saber que mi verdad no es la verdad de todos, mientras los elementos sean honrados y se haga con el máximo respeto. Para que el caracol suene debes inflar tu estómago de aire y dejarlo pasar por tu esófago hasta la boca, puedes soplar con todas tus fuerzas y aún así no podrías hacer que sonara, el atecocolli necesita la energía de tu plexo solar, firme y constante. Al tocarlo puedo sentir la vibración del caracol por mi estómago recorriendo mi cuerpo. Cuando suena por varios segundos tengo la sensación de que mi alma resuena a través de él.

No hay comentarios.:
Publicar un comentario
Inserte su frase favorita: