Pienso que los marcianos no nos han contactado aún porque saben lo intolerantes que podemos llegar a ser. Depende del tema correcto y las personas idóneas para armar tormentas en caballitos de tequila. Fútbol, política, lucha libre, en fin. Conectando ideas en mi mente, pensé lo siguiente, que tal si solo hay un exceso de energía acumulada por los hábitos alimenticios que tenemos en el país y dicha energía exige liberación, cierto o no, cualquier ejercicio físico es el elemento medular para crear el cuerpo que deseamos y la mente que necesitamos.
Una mente en calma toma mejores decisiones, resulta útil en cualquier momento, desde finanzas personales a estrategias laborales complejas, casi tan complejas como trabajar en equipo. Recuerdo que en la universidad competía con algunos compañeros de clase por puntos extra al contestar primero y de forma correcta la solución de algún problema. En esa época se complicaban los trabajos en equipo. Había de todo excepto paciencia, lo difícil en realidad era colaborar cuando tus ideales y tu punto de vista estaban por encima de aquello que es humano, como la calificación de una materia que depende del trabajo final para el que participaron menos personas de las que aparecen en la portada, situaciones que en ocasiones se trasladan a la oficina, eso dicen. Entonces, la cultura del trabajo en equipo no comienza en la universidad, comienza en casa. Nuestros hermanos pueden ser tan distintos a nosotros que a veces es fácil lograr convencerlos de una adopción ficticia. En esa diversidad nace nuestra paciencia, tolerancia, comprensión, empatía por los demás. Aunque me gustaría decir que nací con una comprensión infinita hacia mis hermanos, la realidad fue que aprendimos juntos a conocernos, fue difícil el proceso pero sublime el resultado. A veces una frase o una sonrisa basta para cambiar el ánimo de alguien por lo que sugiero que cultivemos un vocabulario amoroso, florido y relaciones sanas aún cuando solo la distancia lo permita, aplica para trabajo, pareja y familia.
En casa como en la vida, la colaboración es casi tan importante como respirar, piensa un poco el origen de tus alimentos, observa por un momento tu habitación, cada pared, accesorio y electrodoméstico ahí fue diseñado por alguien que fue escuchado y pudo compartir su descubrimiento con la humanidad. Sin colaboración, podrías descubrir energía eléctrica, infinita, libre y gratis pero nadie se beneficiaría de ello.
En mi opinión, la competencia es buena cuando nos divertimos, recuerda que el rival mas importante a vencer somos nosotros mismos. El trabajo en equipo, por otra parte, ha sido fundamental para preservar nuestra especie, por lo que la colaboración no es buena, sino necesaria.

Concuerdo contigo en que se aprende a hacer equipo desde casa. La cultura familiar es algo sobre lo que poco se reflexiona, pero que se lleva en la sangre toda la vida, incluso de manera insconsciente. Es tan difícil comprender -de pronto- a alguien que aunque sea tu hermano piensa cosas totalmente opuestas, como si viniéramos de familias diferentes. Fuera de casa, en el mundo exterior uno alpaca por un proceso de reconstrucción si bien nos va. No obstante, no solo es cuestión de paciencia, o respeto yo le agregaría de “aceptación incondicional” mezclada con una compleja habilidad, poder decir “Te quiero, pero aún así no coincido con lo que opinas” el tiempo le da a cada cual, si lo que piensa es verdad, un poco de razón.
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