En sánscrito, Anahata significa sonido hecho sin que dos cosas choquen, una metáfora para indicar la coexistencia de lo material y lo espiritual. Este punto energético es donde se realiza la alquimia de las emociones, donde podemos transformar lo negativo en positivo y viceversa, donde podemos hacer fluir el antídoto a toda enfermedad y también el veneno que la provoca. Hay dos palabras claves, amor y perdón.
Se dice que el despertar espiritual es un cúmulo de información que permite al ser humano darse cuenta que hay un mundo más allá de aquello que puede ver, que las aspiraciones de muchos han dejado de ser sus aspiraciones y que busca un camino de simplicidad, paz y amor. Lo que no dicen normalmente es cómo un ser humano puede llegar a esas conclusiones; no mencionan el número de veces que ha tratado de encajar, que se ha sentido perdido más de una vez, que ha muerto por dentro al sentir que ha fallado en cada intento, que alguna vez tuvo heridas de muerte en su alma y al no poder combatirlas se rindió ante el dolor, siendo éste el maestro más grande que ha tenido. No dicen que el despertar espiritual es el camino de los perdedores, de aquellos que perdieron el tiempo buscando un camino, perdieron amores, amistades, sueños, esperanzas y anhelos para darse cuenta que el camino no está hecho, que cada uno lo hace a su ritmo, con sus propias experiencias.
Solo a través de este camino es como se logra abrir el corazón, cuando un ser humano puede verse en los ojos de otro ser, cuando es capaz de comprender el dolor ajeno por haberlo vivido en carne propia, en ese momento se crea una conexión entre almas, donde quien ha vivido ya esa experiencia puede con palabras compasivas, ayudar al otro a entender su situación. De esta forma el corazón se abre en cada ocasión que brinda consuelo, un poco más.
Pero perdonar y ver al mundo con compasión es mucho más difícil de lo que parece, de hecho en ocasiones se requieren muchas horas de terapia, catarsis, litros de lágrimas y muchos abrazos. El corazón sabe cómo sanarse, tiene un lenguaje especial llamado intuición y a través de él nos habla para advertirnos de algún peligro y para sanarnos. Hemos dejado de escucharlo. Algunas personas incluso han perdido las ganas de vivir sin razón aparente, otras personas han pasado por experiencias tan complicadas que sienten que no lo podrán superar. Alguna vez le pregunté a un terapeuta cómo podíamos ayudar a alguien en esa situación y me dijo que podíamos ayudarle a conectar con la vida con actividades simples, cómo apreciar un amanecer, comer platillos favoritos o simplemente estando cerca sin decir nada.
Nuestro chakra corazón es tan importante como cualquier otro, pero de los más difíciles de equilibrar, nos exige estar atentos a nuestros sentimientos cada segundo, nos pide perdonar y entender nuestro pasado con amor. Las recompensas que entrega a cambio son los tesoros del alma, a los que solo serán dignos aquellos seres valientes que transiten la senda de su propia oscuridad para lograr integrarla manteniendo la fe, porque ayudando a otros nos ayudamos a nosotros mismos amando la vida con todas sus tonalidades.


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