El azul es mi color favorito, es el color de este punto energético. ubicado en la garganta, es el chakra de la autoexpresión que resulta tan bien hacer uso de ella como guardar silencio cuando no se tiene nada bueno qué decir.
Hay una hermosa frase de nuestros hermanos indios de Norteamérica, "guarda tu lengua en la juventud, dijo el viejo jefe Wabashaw, y en la vejez quizá madures un pensamiento de utilidad para tu pueblo". Cuando somos adolescentes y pubertos solemos ser impulsivos con nuestros actos y más aún con nuestras palabras. Hablamos cuando estamos enojados y callamos cuando estamos enamorados, con el paso del tiempo aprendemos a defender nuestros ideales y adquirimos valores personales que rigen nuestro andar. O eso es lo debería suceder desde mi punto de vista. En nuestra etapa adulta sabemos que existe una responsabilidad hacia los animales, alzamos la voz o participamos de forma activa en las causas que nos conmueven, ya sea para refugios de perros o gatos de la calle o situaciones que afectan el futuro de nuestra especie como la legalización del aborto a nivel mundial.
Pero en algún punto de nuestra vida dijimos palabras que hirieron a quien amamos y esas palabras se quedaron ahí, en el corazón de algún ser querido. El chakra de la garganta permite armonizar con nuestras palabras pero también autodestruirnos con ellas. Debemos tener mucho cuidado con aquello que decimos porque si partimos de la idea de que todos estamos conectados de alguna forma entonces lo que le digo a alguien más en el fondo me lo digo a mi mismo. Se dice que cada juicio que emitimos sobre los demás es una confesión propia disfrazada. Aquello que aparentemente no toleramos en los demás es lo que en el fondo no toleramos de nosotros mismos.
La idea de estar siempre contento y expresar felicidad todo el día es cansada solo de pensarlo. Pasamos por muchos estados de ánimo durante nuestro día a día, desde que nos levantamos hasta que nos volvemos a acostar. Hay días en que parece que todo nos sale mal y son esos días cuando queremos explotar de rabia y frustración. Lo que me ha ayudado a mí es recordar que un mal momento no puede arruinar un día completo por muy temprano que haya sucedido, pero sobre todo que escuchar palabras amorosas y de buenas intenciones me contagia de energía positiva y me inyecta una dosis de armonía para continuar mi día. Mi artista favorito para los días grises suele ser Bob Marley, ya sea por el ritmo o las letras, siempre me hace sentir como un soldado búfalo.


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