Después de recorrer el camino de los seis chakras anteriores, nos encontramos con el punto energético que se ubica en la parte superior de nuestra cabeza. La literatura dice que con este chakra abierto puedes alcanzar la iluminación eterna y la union del ser en todo su esplendor. En mi experiencia encuentras un tesoro más valioso que toda la sabiduría del mundo.
Cuando comencé mi camino espiritual lo hice con el fin de encontrar paz y tranquilidad en mi mente, solo fue eso. Buscaba dejar a un lado el exceso de estrés y las tristezas que me agobiaban en aquel entonces. Buscando una forma de alcanzar ese estado de paz encontré diversas meditaciones, también fui a terapia psicológica tradicional y a algún retiro espiritual. Todo esto me llevó a una gran verdad; habito mi cuerpo, cada conflicto que pensé que tenía con el mundo era un conflicto conmigo mismo en realidad. Desde un miedo arraigado en el pasado, un momento vergonzoso o una culpa que no me dejaba avanzar. Todos esos momentos grabados en mi memoria que condicionaron mi conducta los tuve que enfrentar.
Dicen que la religión es para las personas que no quieren ir al infierno pero la espiritualidad es para aquellos que ya han estado en él. Coincido con estas palabras porque he aprendido que la espiritualidad no se trata de "vibrar alto todo el tiempo", mantener una sonrisa todo el día e ignorar los momentos difíciles de la vida. Para mí, la espiritualidad se trata de mantener la calma durante una tormenta y para eso debo conocerme a mi mismo. Saber cuáles son mis áreas de oportunidad que me impiden mantener esa calma.
Tomando todo lo anterior en cuenta. El séptimo punto energético de nuestro cuerpo es la culminación del autoconocimiento. Es encontrar la paz con nuestro juez más severo, nosotros mismos. No es un estado al que se llega y ya; es un camino que elegimos recorrer. Hay situaciones y momentos que son particularmente más difíciles de sobrellevar que otros, es ahí donde debemos prestar atención, tratar de observar esas situaciones como lecciones y continuar avanzando.
Las cosas son valoradas solo cuando están ausentes. La paz mental y la tranquilidad en nuestras emociones se vuelve algo sumamente importante cuando no se tienen o se han perdido. Actualmente los ataques de pánico o ansiedad se han vuelto el pan de cada día. También son la oportunidad de emprendimiento para muchas personas que descubrieron la forma de lidiar con sus emociones. Creen ahora que todos los demás actuamos y respondemos de la misma manera. Somos humanos que reaccionamos a distintos estímulos. Algunos con la naturaleza obtienen la anhelada paz, algunos en sus casas leyendo libros, tejiendo o escribiendo. Por esta razón creo firmemente que es complicado enseñar a otros a encontrar su propia paz ya que es un camino tan personal como nuestra huella digital.
La señal más clara que hay para saber si el chakra de la corona está equilibrado, desde mi experiencia, es observar si en nuestro ser hay paz. Paz con el exceso de tránsito camino al trabajo o de regreso a casa, con las personas que caminan despacio en el transporte público, paz con el helado que se ha caído al suelo por accidente o el rechazo de la persona que te atrae después de haber confesado tus intenciones. Paz con las decisiones de tus padres para educarte, para quedarse o marcharse, paz con tu pasado, paz con nuestras propias decisiones. A cierta edad dejamos de buscar una aventura que ayude a desbordar adrenalina en todo el cuerpo para dedicarnos a encontrar actividades que nos devuelvan la tranquilidad que la vida cotidiana nos arrebata, buscamos el tesoro que aguarda el séptimo chakra, la paz. Busca la paz en tu corazón, esa es la verdadera iluminación.


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