Honor a quien honor merece

Todo parece indicar que este año serán vacunados todos los habitantes de la Ciudad de México. Se puede vislumbrar una nueva normalidad, salir de nuevo a las calles y reunirnos con nuestros seres queridos sin temor a un contagio reaviva nuestra esperanza. Solo quiero pedir que no olvidemos, no olvidemos a quienes estuvieron ahí, dando su vida, administrando y conteniendo la información. No, no me refiero al anciano que acompaña a nuestro presidente en las conferencias mañaneras, cuya labor confundió y dejó mucho que desear. Hablo del personal administrativo dentro de la Secretaría de Salud, desde directores, asesores, jefes, hasta médicos, enfermeras y enfermeros, pasantes, personal de limpieza y guardias en los hospitales.

Parece que olvidaron esa época cuando surgió el virus, donde a una persona con uniforme de enfermería la trataban peor que a alguien con peste; les gritaron, les prohibieron viajar en el transporte público y fueron humillados por personas que no poseían información suficiente sobre la pandemia. Confieso que al inicio no creí en el virus, pero en ningún momento agredí a otro ser humano por la profesión que había elegido. Estoy seguro que ninguna de las personas que pasaron alguna de las situaciones mencionadas esperaban que los demás los trataran así.

No tengo la estadística del personal médico que falleció a causa del virus intentando salvar vidas, haciendo su trabajo. Esas vidas deben ser honradas y recordadas con respeto y amor. Por favor no debemos olvidar que aún no termina, que aún debemos cuidar de los otros cuidándonos a nosotros mismos. Mejor aún, recordemos que el personal, todo el personal que trabaja en el sector de salud hace lo mejor posible para que sean atendidos la mayoría de los enfermos no solo por causa de la pandemia. 

La lección para mí en esta ocasión ha sido amar a mis seres queridos como si fuera el último día, cada día. Regalar sonrisas a las personas en mi entorno, reconocer que no tengo todas las respuestas y dejarme guiar, atender las recomendaciones de las personas que saben más que yo.

Durante el ciclo escolar 2019-2020 el número de aspirantes a ingresar a la licenciatura de médico cirujano en la UNAM fue de 31,821, la oferta para la carrera solo fue de 1,930 por lo que solo ingresó un aspirante de cada 12. La carrera en medicina es complicada y muy larga por naturaleza, el camino se complicó aún más el año pasado. Me siento en deuda con ellos, por más de una ocasión he estado en un hospital y en cada vez he tenido el mejor trato que pudiera recibir. Hoy a través de mis líneas quiero darles las gracias. Gracias a cada persona que ha participado en la contención de ésta pandemia en mi país, gracias por no rendirse cuando ni siquiera las personas a quienes intentaban salvar parecían merecerlo, gracias al personal administrativo que ha difundido y ha participado en la organización del sector de salud, su trabajo debe ser reconocido no sólo hoy, no sólo en momentos de crisis, para mí, su trabajo debe ser reconocido siempre. Porque las guardias y residencias en los hospitales no son sencillas, esto solo es un pequeño homenaje. Ciertas personas han tenido decisiones cuestionables, podríamos detenernos a enumerar las veces en las que se ha abusado de los recursos con fines egoístas y dejando de lado el propósito principal que es el bienestar de la mayoría. Pero recordemos que sólo podemos controlar lo que sale de nosotros y no podemos responder por los actos de un tercero, todo acto tiene una consecuencia y no seré yo quien dé una sentencia. Aquellos que nos hemos mantenido con vida debemos darnos cuenta de lo importante que es apoyarnos entre nosotros. El día de mañana si tienes la suerte de encontrarte con alguien con uniforme de enfermería o con un médico, te pido que desde tu corazón des las gracias a esa persona, no esperes a estar en una situación compleja donde en verdad dependas de alguno de ellos para decirlo. ¿Cuántas pandemias necesitamos para entenderlo? G R A C I A S.